La Cámara de Diputados de la Nación aprobó la modificación del Impuesto a las Ganancias tras una sesión que duró toda la tarde.
Tras una sesión de varias horas, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la modificación del Impuesto a las Ganancias que impulsa el oficialismo a través del Ministerio de Economía.
Obtuvo 135 votos afirmativos y 103 negativos. No hubo abstenciones. Ahora será momento de tratamiento del Senado.
La sesión estuvo cargada de polémicas y entredichos entre el oficialismo, Juntos por el Cambio y el bloque de La Libertad Avanza.
Durante los últimos minutos del debate, se hizo presente el ministro de Economía y candidato a presidente del Frente de Todos, Sergio Massa, quien llegó con el director general de Aduana, Guillermo Michel, y el titular de AFIP, Carlos Castagneto.
Tanto el Socialismo como el sector de Javier Milei y otros bloques votaron a favor del proyecto al igual que el oficialismo. Juntos por el Cambio se opuso e hizo mención a la inflación y subrayó que se trata de una medida electoralista de cara a octubre.
La modificación del Impuesto a las Ganancias
El proyecto de ley de reforma del Impuesto a las Ganancias impulsa los siguientes cambios:
- Eliminación de la cuarta categoría y en su reemplazo crear un impuesto cedular que establece que sólo pagarán el tributo los ingresos superiores a 15 sueldos mínimos mensuales, lo que representa cerca de $1.770.000, pero llegaría a $2 millones con el ajuste que se debatirá en el Consejo del Salario.
- Una alícuota progresiva sobre el excedente que va del 27% a 35% y que se actualizará con el valor del salario mínimo dos veces por año.
- Sólo pagarán ganancias 88 mil personas.
-El salario anual complementario, o aguinaldo, estará exento del pago del tributo.
-El proyecto no incluye a cargos de alta responsabilidad en empresas, como directores de sociedades anónimas, CEOs, gerentes y subgerentes. También se excluyen las pensiones de privilegio y funcionarios políticos.
Según el oficialismo, el objetivo es trabajar en medidas que tienden a asegurar la progresividad del Impuesto a las Ganancias, evitando que la carga del tributo neutralice la política salarial.