“No es una tarea fácil, nos lleva 5 meses plantar los 80 mil árboles que tenemos para este año, y estamos logrando buenas alianzas”, precisó el agrónomo, investigador y docente Ezequiel Medina, en el marco de los preparativos para nuevas siembras en Valles y Puna.
En diálogo con el ciclo radial Agenda Activa*, el reconocido agrónomo dedicado a reforestar y de sembrar conciencia detalló los planes hasta fines del 2024 del proyecto Árbol y Vida, del Movimiento Internacional Acción Andina.
“Vamos a plantar 30 mil árboles en la comunidad de Santa Catalina y aproximadamente unos 2 mil en la comunidad del Aguilar, donde empezamos a trabajar ahí oficialmente este año. Si todo marcha bien, también en diciembre estaremos plantando el resto en el Parque Provincial Potrero de Yala, donde ya estamos avanzando con la producción”, dijo Medina.

La queñoa es la protagonista en esta tarea. El especialista explicó que, como cualquier árbol, brinda muchos beneficios, pero “particularmente, conserva el agua porque se encuentra en las partes altas de las cuencas”. A ello sumó que se trata de una especie amenazada; de ahí que consideró necesario insistir en acciones para su conservación, atendiendo a su alto valor cultural y paisajístico.
Si bien el plantel se encuentra en plena fase de preparación, advirtió como siempre una misión de largo aliento: por cada decena de semillas, sólo se desarrollan 1 o 2, y puede llevar entre 10 y 15 años que una especie supere los 2 metros de altura, según las variables de clima y el suelo. No obstante, todo esfuerzo vale para revertir la degradación de bosques y proteger las cuencas a través de este “filtro natural” como es la raíz de la queñoa, cuya trascendencia en Jujuy es milenaria.

Medina precisó además la importancia de la red que respalda no sólo la siembra, sino el cuidado de cada árbol en desarrollo. “Para plantarlos primero tenemos que trabajar con las comunidades, o sea, con los pobladores rurales de cada lugar. Por ejemplo, en el Parque Potrero de Yala vamos con voluntarios, guardaparques, y colaboran también los pobladores; y en la Puna, vamos con las comunidades originarias”, detalló.
“No es una tarea fácil, nos lleva 5 meses plantar los 80 mil árboles que tenemos para este año, y estamos logrando buenas alianzas”, manifestó el experto. En este tramo, subrayó el acuerdo con la empresa Puna de Atacama, que hace posible el transporte y la agilidad logística. Agregó el respaldo de la UNJu, el Ministerio de Ambiente, comunidades, comunas y voluntarios que suman su esfuerzo y acompañan al equipo forestal.
Cabe destacar que Árbol y Vida nació a partir de la tesis doctoral de este ingeniero agrónomo, quien en medio de la pandemia de COVID-19 reforestó 2.100 árboles de Polylepis con el fin de mitigar los desequilibrios ecológicos provocados por la deforestación.
Agenda Activa: ciclo radial emitido a través de UNJu Radio, conducido por Analía Martínez.