Ambos institutos están bajo la órbita de Economía, pero el control operativo está dividido entre distintas secretarías. La reestructuración, que se definiría esta semana, busca reducir estructuras, delegar funciones administrativas en una sola dependencia y concentrar recursos humanos, contrataciones y pagos.
Desde el equipo de Caputo aseguran que la medida permitiría "ahorrar mucha plata, cantidad de gente, actividades por especialidad y los salarios". En su entorno afirman que el INTI será centralizado como una dirección nacional o subsecretaría, mientras que el INTA mantendrá su funcionamiento actual, aunque con servicios administrativos unificados en Producción.
En el Ministerio de Desregulación, por su parte, minimizan las fricciones y sostienen que los cambios están "consensuados". Sin embargo, fuentes de los organismos advierten sobre la pérdida de autarquía y posibles renuncias de autoridades. El directorio del INTI, por ejemplo, alertó mediante una carta que la centralización impediría gestionar fondos propios, firmar convenios técnicos o proteger desarrollos de propiedad intelectual.
En paralelo, en el INTA ya se avanzó con una reestructuración que redujo de 11 a 3 sus direcciones nacionales. El interventor Nicolás Bronzovich, cercano a Caputo, impulsó ese ajuste en marzo, aunque desde el entorno del ministro Sturzenegger se busca avanzar con recortes más profundos, incluyendo el cierre de sedes y una mayor injerencia política en el funcionamiento del organismo.
La disputa de fondo, según coinciden diversas fuentes, no está tanto en la orientación del ajuste, avalado por el FMI, sino en quién toma las decisiones. "Caputo tiene miedo que se le metan adentro", expresaron voces cercanas al INTA al diario Clarín. En ese marco, se espera que esta semana se firme el decreto que formalice los cambios, aunque el detalle se mantiene bajo reserva.